¡Hola desde otro lugar!

Tienes carta de la jefa

¡Hola querida jefa!

Esta vez estás recibiendo mis cartas de la jefa vía Substack porque tenemos dramitas técnicos con nuestro charucaletter, que por alguna razón está yendo derechito ¡a tu papelera!

De hecho si te asomas, puede que me encuentres ahí, con un chicle pegado en el pelo y varias de mis últimas cartas sin abrir (imagíname mientras suenan unos violines dramáticos de fondo)

Por favor, rescátame, márcame como “esto no es sp*m” así le diremos a los servidores de mail que soy de fiar. Hazlo, yo te espero aquí…

¿Lo tienes? ¡¡¡GRACIAS!!!

Mientras resolvemos el mundo newsletter, me estreno en substack.

Esta plataforma tiene cosas geniales, como por ejemplo que se puede comentar en las cartas. Me encanta que podamos debatir, como antes hacíamos en los blogs.

En mi carta de la jefa de ayer (la debes tener en la papelera, junto con un par más)  te contaba que últimamente estoy aprendiendo mucho sobre finanzas, sobre manteca para untar la tostada y te ponía una tarea si tú quieres empezar a poner en orden las tuyas.

Como es un tema al que le estoy dedicando muchas horas, también está en mis conversaciones más que de costumbre y me he dado cuenta de que es EL TEMA TABÚ.

¿Sabes cuánto ganan tus amigos o incluso tus hermanos? ¿Cuánto ahorran? ¿Sabes sus hábitos en cuestión de manteca? 

Puede que no, porque en muchas de nuestras casas, el dinero ha sido el coco, algo de lo que no se hablaba, algo con lo que no se puede hacer nada, lo que te ha tocado es lo que hay y te aguantas.

¿Te suena? En mi casa era así.

Esto lo podemos transformar, poner luz para sanear la situación de tantas mujeres que viven estresadas con el dinero, pero tendremos que ir poco a poco, para ir perdiendo el pudor e ir cogiendo confianza.

Yo tengo una pregunta para ti.

Si te digo la palabra “dinero” y tienes que imaginar un personaje que representa esta palabra ¿A quién ves y cómo es?

Nos leemos…

Hasta la próxima carta, jefa…